LA TRANSVERSALIDAD EN LOS PROGRAMAS DE ESTUDIO... CONSIDERACIONES PEDAGOGICAS

Posted by renegarcia on 26 Diciembre, 2006 21:45

      LA TRANSVERSALIDAD EN LOS PROGRAMAS DE ESTUDIO

     

    Los cambios sociales, económicos, culturales, cientí­ficos, ambientales y tecnológicos del mundo contemporíneo, han exigido al currí­culo educativo no solo aportar conocimientos e información, sino también favorecer el desarrollo de valores, actitudes, habilidades y destrezas que apunten al mejoramiento de la calidad de vida de las personas y de las sociedades (Marco de Acción Regional de “Educación para Todos en las Américas”, Santo Domingo, 2000).  Sin embargo, existe en nuestro Sistema Educativo una dificultad real de incorporar nuevas asignaturas o contenidos relacionados con los temas emergentes de relevancia para nuestra sociedad, pues se corre el riesgo de saturar y fragmentar los programas de estudio. 

    Una alternativa frente a estas limitaciones es la transversalidad, la cual se entiende como un “Enfoque Educativo que aprovecha las oportunidades que ofrece el currí­culo, incorporando en los procesos de diseño, desarrollo, evaluación y administración curricular, determinados aprendizajes para la vida, integradores y significativos, dirigidos al mejoramiento de la calidad de vida individual y social.  Es de carícter holí­stico, axiológico, interdisciplinario y contextualizado” (Comisión Nacional Ampliada de Transversalidad, 2002). 

    De acuerdo con los lineamientos emanados del Consejo Superior de Educación (SE 339-2003), el único eje transversal del currí­culo costarricense es el de valores.  De esta manera, el abordaje sistemítico de los Valores en el currí­culo nacional, pretende potenciar el desarrollo socio-afectivo y ético de los y las estudiantes, a partir de la posición humanista expresada en la Polí­tica Educativa y en la Ley Fundamental de Educación. 

    A partir del Eje transversal de los valores y de las obligaciones asumidas por el estado desde la legislación existente, en Costa Rica se han definido los siguientes Temas transversales: Cultura Ambiental para el Desarrollo Sostenible, Educación Integral de la Sexualidad, Educación para la Salud y Vivencia de los Derechos Humanos para la Democracia y la Paz. 

    Para cada uno de los temas transversales se han definido una serie de competencias por desarrollar en los y las estudiantes a lo largo de su perí­odo de formación educativa.  Las Competencias se entienden como: “Un conjunto integrado de conocimientos, procedimientos, actitudes y valores, que permite un desempeño satisfactorio y autónomo ante situaciones concretas de la vida personal y social” (Comisión Nacional Ampliada de Transversalidad, 2002).  Las mismas deben orientar los procesos educativos y el desarrollo mismo de la transversalidad. 

    Desde la condición pedagógica de las competencias se han definido competencias de la transversalidad como: “Aquellas que atraviesan e impregnan horizontal y verticalmente, todas las asignaturas del currí­culo y requieren para su desarrollo del aporte integrado y coordinado de las diferentes disciplinas de estudio, así­ como de una acción pedagógica conjunta” (Beatriz Castellanos, 2002).  De esta manera, estín presentes tanto en las programaciones anuales como a lo largo de todo el sistema educativo. 

    A continuación se presenta un resumen del enfoque de cada  tema transversal y las competencias respectivas:

    Cultura Ambiental para el Desarrollo Sostenible

     

    La educación ambiental se considera como el instrumento idóneo para la construcción de una cultura ambiental de las personas y las sociedades, en función de alcanzar un desarrollo humano sostenible, mediante un proceso que les permita comprender su interdependencia con el entorno, a partir del conocimiento crí­tico y reflexivo de la realidad inmediata, tanto biofí­sica como social, económica, polí­tica y cultural. 

    Tiene como objetivo que, a partir de ese conocimiento y mediante actividades de valoración y respeto, las y los estudiantes se apropien de la realidad, de manera que, la comunidad educativa participe activamente en la detección y solución de problemas, en el ímbito local, pero con visión planetaria.

    Competencias por desarrollar

     
    • Aplica los conocimientos adquiridos mediante procesos crí­ticos y reflexivos de la realidad, en la resolución de problemas (ambientales, económicos, sociales, polí­ticos, éticos) de manera creativa y mediante actitudes, prícticas y valores que contribuyan al logro del desarrollo sostenible y una mejor calidad de vida.
    • Participa comprometida, activa y responsablemente en proyectos tendientes a la conservación, recuperación y protección del ambiente; identificando sus principales problemas y necesidades, generando y desarrollando alternativas de solución, para contribuir al mejoramiento de su calidad de vida, la de los demís y al desarrollo sostenible.
    • Practica relaciones armoniosas consigo mismo, con los demís, y los otros seres vivos por medio de actitudes y aptitudes responsables, reconociendo la necesidad de interdependencia con el ambiente.
     
     

    Educación Integral de la Sexualidad 

    A partir de las “Polí­ticas de Educación Integral de la Expresión de la Sexualidad Humana” (2001), una vivencia madura de la sexualidad humana requiere de una educación integral, por lo que deben atenderse los aspectos fí­sicos, biológicos, psicológicos, socioculturales, éticos y espirituales. No puede reducirse a los aspectos biológicos reproductivos, ni realizarse en un contexto desprovisto de valores y principios éticos y morales sobre la vida, el amor, la familia y la convivencia. 

    La educación de la sexualidad humana inicia desde la primera infancia y se prolonga a lo largo de la vida.  Es un derecho y un deber, en primera instancia, de las madres y los padres de familia. Le corresponde al Estado una acción subsidaria y potenciar la acción de las familias en el campo de la educación y la información, como lo expresa el Código de la Niñez y la Adolescencia. 

    El sistema educativo debe garantizar vivencias y estrategias pedagógicas que respondan a las potencialidades de la población estudiantil, en concordancia con su etapa de desarrollo y con los contextos socioculturales en los cuales se desenvuelven.

    Competencias por desarrollar

     
    • Se relaciona con hombres y mujeres de manera equitativa, solidaria y respetuosa de la diversidad.
    • Toma decisiones referentes a su sexualidad desde un proyecto de vida basado en el conocimiento crí­tico de sí­ mismo, su realidad sociocultural y en sus valores éticos y morales.
    • Enfrenta situaciones de acoso, abuso y violencia, mediante la identificación de recursos internos y externos oportunos.
    • Expresa su identidad de forma auténtica, responsable e integral, favoreciendo el desarrollo personal en un contexto de interrelación y manifestación permanente de sentimientos, actitudes, pensamientos, opiniones y derechos.
    • Promueve procesos reflexivos y constructivos en su familia, dignificando su condición de ser humano, para identificar y proponer soluciones de acuerdo al contexto sociocultural en el cual se desenvuelve.
     

    Educación para la Salud 

    La educación para la salud es un derecho fundamental de todos los niños, niñas y adolescentes.  El estado de salud, estí relacionado con su rendimiento escolar y con su calidad de vida.  De manera que, al trabajar en educación para la salud en los centros educativos, según las necesidades de la población estudiantil, en cada etapa de su desarrollo, se estín forjando ciudadanos con estilos de vida saludables, y por ende, personas que construyen y buscan tener calidad de vida, para sí­ mismas y para quienes les rodean.

    La educación para la salud debe ser un proceso social, organizado, dinímico y sistemítico que motive y oriente a las personas a desarrollar, reforzar, modificar o sustituir prícticas por aquellas que son mís saludables en lo individual, lo familiar y lo colectivo y en su relación con el medio ambiente. 

    De manera que, la educación para la salud en el escenario escolar no se limita únicamente a transmitir información, sino que busca desarrollar conocimientos, habilidades y destrezas que contribuyan a la producción social de la salud, mediante procesos de enseñanza – aprendizajes dinímicos, donde se privilegia la comunicación de doble ví­a, así­ como la actitud crí­tica y participativa del estudiantado.

    Competencias por desarrollar

     
    • Vivencia un estilo de vida que le permite, en forma crí­tica y reflexiva, mantener y mejorar la salud integral y la calidad de vida propia y la de los demís.
    • Toma decisiones que favorecen su salud integral y la de quienes lo rodean, a partir del conocimiento de sí­ mismo y de los demís, así­ como del entorno en que se desenvuelve.
    • Elige mediante un proceso de valoración crí­tica, los medios personales mís adecuados para enfrentar las situaciones y factores protectores y de riesgo para la salud integral propia y la de los demís.
    • Hace uso en forma responsable, crí­tica y participativa de los servicios disponibles en el sector salud, educación y en su comunidad, adquiriendo compromisos en beneficio de la calidad de los mismos.

    Vivencia de los Derechos Humanos para la Democracia y la Paz

     

    Costa Rica es una democracia consolidada pero en permanente estado de revisión y retroalimentación, por lo cual la vigencia de los derechos humanos es inherente al compromiso de fortalecer una cultura de paz y de democracia. 

    En los escenarios educativos es oportuno gestionar mecanismos que promuevan una verdadera participación ciudadana en los ímbitos familiar, comunal, institucional y nacional. Para ello, la sociedad civil debe estar informada y educada en relación con el marco legal brindado por el paí­s, de manera que, desarrolle una participación efectiva y no se reduzca a una participación periódica con carícter electoral. 

    Se debe propiciar un modelo de sistema democrítico que permita hacer del ejercicio de la ciudadaní­a una actividad atractiva, interesante y cí­vica que conlleva responsabilidades y derechos.

    Competencias por desarrollar

     
    • Practica en la vivencia cotidiana los derechos y responsabilidades que merece como ser humano y ser humana, partiendo de una convivencia democrítica, ética, tolerante y pací­fica.
    • Asume su realidad como persona, sujeto de derechos y responsabilidades.
    • Elige las alternativas personales, familiares y de convivencia social que propician la tolerancia, la justicia y la equidad entre géneros de acuerdo a los contextos donde se desenvuelve. 
    • Participa en acciones inclusivas para la vivencia de la equidad en todos los contextos socioculturales. 
    • Ejercita los derechos y responsabilidades para la convivencia democrítica vinculada a la cultura de paz.
    • Es tolerante para aceptar y entender las diferencias culturales, religiosas y étnicas que, propician posibilidades y potencialidades de y en la convivencia democrítica y cultura de paz.
    • Valora las diferencias culturales de los distintos modos de vida.
    • Practica acciones, actitudes y conductas dirigidas a la no violencia en el ímbito escolar, en la convivencia con el grupo de pares, familia y comunidad ejercitando la resolución de conflictos de manera pací­fica y la expresión del afecto, la ternura y el amor.
    • Aplica estrategias para la solución pací­fica de conflictos en diferentes  contextos
    • Respeta las diversidades individuales, culturales éticas, social y generacional.

    Abordaje Metodológico de la Transversalidad desde los Programas de Estudio y en el Planeamiento Didíctico

     

    La transversalidad es un proceso que debe evidenciarse en las labores programíticas del Sistema Educativo Nacional; desde los presentes Programas de estudio hasta el Planeamiento didíctico que el ó la docente realizan en el aula.

    Con respecto a los Programas de Estudio, en algunos Procedimientos y Valores se podrín visualizar procesos que promueven, explí­citamente, la incorporación de los temas transversales.  Sin embargo, las opciones para realizar convergencias no se limitan a las mencionadas en los programas, ya que el ó la docente puede identificar otras posibilidades para el desarrollo de los procesos de transversalidad.  

    En este caso, se presenta como tarea para las y los docentes identificar -a partir de una lectura exhaustiva de los conocimientos previos del estudiantado, del contexto sociocultural, de los acontecimientos relevantes y actuales de la sociedad-, cuíles de los objetivos de los programas representan oportunidades para abordar la transversalidad y para el desarrollo de las competencias. 

    Con respecto al planeamiento didíctico, la transversalidad debe visualizarse en las columnas de Actividades de mediación y de Valores y Actitudes, posterior a la identificación realizada desde los Programas de Estudio.  El proceso de transversalidad en el aula debe considerar las caracterí­sticas de la población estudiantil y las particularidades del entorno mediato e inmediato para el logro de aprendizajes mís significativos. 

    Ademís del planeamiento didíctico, la transversalidad debe visualizarse y concretizarse en el plan Institucional, potenciando la participación activa, crí­tica y reflexiva de las madres, los padres y encargados, lí­deres comunales, instancias de acción comunal, docentes, personal administrativo y de toda la comunidad educativa.   

    En este sentido, el centro educativo debe tomar las decisiones respectivas para que exista una coherencia entre la príctica cotidiana institucional y los temas y principios de la transversalidad.  Esto plantea, en definitiva, un reto importante para cada institución educativa hacia el desarrollo de postulados humanistas, crí­ticos y ecológicos. 

    Los cambios sociales, económicos, culturales, cientí­ficos, ambientales y tecnológicos del mundo contemporíneo, han exigido al currí­culo educativo no solo aportar conocimientos e información, sino también favorecer el desarrollo de valores, actitudes, habilidades y destrezas que apunten al mejoramiento de la calidad de vida de las personas y de las sociedades (Marco de Acción Regional de “Educación para Todos en las Américas”, Santo Domingo, 2000).  Sin embargo, existe en nuestro Sistema Educativo una dificultad real de incorporar nuevas asignaturas o contenidos relacionados con los temas emergentes de relevancia para nuestra sociedad, pues se corre el riesgo de saturar y fragmentar los programas de estudio. 

Una alternativa frente a estas limitaciones es la transversalidad, la cual se entiende como un “Enfoque Educativo que aprovecha las oportunidades que ofrece el currí­culo, incorporando en los procesos de diseño, desarrollo, evaluación y administración curricular, determinados aprendizajes para la vida, integradores y significativos, dirigidos al mejoramiento de la calidad de vida individual y social.  Es de carícter holí­stico, axiológico, interdisciplinario y contextualizado” (Comisión Nacional Ampliada de Transversalidad, 2002). 

De acuerdo con los lineamientos emanados del Consejo Superior de Educación (SE 339-2003), el único eje transversal del currí­culo costarricense es el de valores.  De esta manera, el abordaje sistemítico de los Valores en el currí­culo nacional, pretende potenciar el desarrollo socio-afectivo y ético de los y las estudiantes, a partir de la posición humanista expresada en la Polí­tica Educativa y en la Ley Fundamental de Educación. 

A partir del Eje transversal de los valores y de las obligaciones asumidas por el estado desde la legislación existente, en Costa Rica se han definido los siguientes Temas transversales: Cultura Ambiental para el Desarrollo Sostenible, Educación Integral de la Sexualidad, Educación para la Salud y Vivencia de los Derechos Humanos para la Democracia y la Paz. 

Para cada uno de los temas transversales se han definido una serie de competencias por desarrollar en los y las estudiantes a lo largo de su perí­odo de formación educativa.  Las Competencias se entienden como: “Un conjunto integrado de conocimientos, procedimientos, actitudes y valores, que permite un desempeño satisfactorio y autónomo ante situaciones concretas de la vida personal y social” (Comisión Nacional Ampliada de Transversalidad, 2002).  Las mismas deben orientar los procesos educativos y el desarrollo mismo de la transversalidad. 

Desde la condición pedagógica de las competencias se han definido competencias de la transversalidad como: “Aquellas que atraviesan e impregnan horizontal y verticalmente, todas las asignaturas del currí­culo y requieren para su desarrollo del aporte integrado y coordinado de las diferentes disciplinas de estudio, así­ como de una acción pedagógica conjunta” (Beatriz Castellanos, 2002).  De esta manera, estín presentes tanto en las programaciones anuales como a lo largo de todo el sistema educativo. 

A continuación se presenta un resumen del enfoque de cada  tema transversal y las competencias respectivas:

Cultura Ambiental para el Desarrollo Sostenible

 

La educación ambiental se considera como el instrumento idóneo para la construcción de una cultura ambiental de las personas y las sociedades, en función de alcanzar un desarrollo humano sostenible, mediante un proceso que les permita comprender su interdependencia con el entorno, a partir del conocimiento crí­tico y reflexivo de la realidad inmediata, tanto biofí­sica como social, económica, polí­tica y cultural. 

Tiene como objetivo que, a partir de ese conocimiento y mediante actividades de valoración y respeto, las y los estudiantes se apropien de la realidad, de manera que, la comunidad educativa participe activamente en la detección y solución de problemas, en el ímbito local, pero con visión planetaria.

Competencias por desarrollar

 
  • Aplica los conocimientos adquiridos mediante procesos crí­ticos y reflexivos de la realidad, en la resolución de problemas (ambientales, económicos, sociales, polí­ticos, éticos) de manera creativa y mediante actitudes, prícticas y valores que contribuyan al logro del desarrollo sostenible y una mejor calidad de vida.
  • Participa comprometida, activa y responsablemente en proyectos tendientes a la conservación, recuperación y protección del ambiente; identificando sus principales problemas y necesidades, generando y desarrollando alternativas de solución, para contribuir al mejoramiento de su calidad de vida, la de los demís y al desarrollo sostenible.
  • Practica relaciones armoniosas consigo mismo, con los demís, y los otros seres vivos por medio de actitudes y aptitudes responsables, reconociendo la necesidad de interdependencia con el ambiente.
 
 

Educación Integral de la Sexualidad 

A partir de las “Polí­ticas de Educación Integral de la Expresión de la Sexualidad Humana” (2001), una vivencia madura de la sexualidad humana requiere de una educación integral, por lo que deben atenderse los aspectos fí­sicos, biológicos, psicológicos, socioculturales, éticos y espirituales. No puede reducirse a los aspectos biológicos reproductivos, ni realizarse en un contexto desprovisto de valores y principios éticos y morales sobre la vida, el amor, la familia y la convivencia. 

La educación de la sexualidad humana inicia desde la primera infancia y se prolonga a lo largo de la vida.  Es un derecho y un deber, en primera instancia, de las madres y los padres de familia. Le corresponde al Estado una acción subsidaria y potenciar la acción de las familias en el campo de la educación y la información, como lo expresa el Código de la Niñez y la Adolescencia. 

El sistema educativo debe garantizar vivencias y estrategias pedagógicas que respondan a las potencialidades de la población estudiantil, en concordancia con su etapa de desarrollo y con los contextos socioculturales en los cuales se desenvuelven.

Competencias por desarrollar

 
  • Se relaciona con hombres y mujeres de manera equitativa, solidaria y respetuosa de la diversidad.
  • Toma decisiones referentes a su sexualidad desde un proyecto de vida basado en el conocimiento crí­tico de sí­ mismo, su realidad sociocultural y en sus valores éticos y morales.
  • Enfrenta situaciones de acoso, abuso y violencia, mediante la identificación de recursos internos y externos oportunos.
  • Expresa su identidad de forma auténtica, responsable e integral, favoreciendo el desarrollo personal en un contexto de interrelación y manifestación permanente de sentimientos, actitudes, pensamientos, opiniones y derechos.
  • Promueve procesos reflexivos y constructivos en su familia, dignificando su condición de ser humano, para identificar y proponer soluciones de acuerdo al contexto sociocultural en el cual se desenvuelve.
 

Educación para la Salud 

La educación para la salud es un derecho fundamental de todos los niños, niñas y adolescentes.  El estado de salud, estí relacionado con su rendimiento escolar y con su calidad de vida.  De manera que, al trabajar en educación para la salud en los centros educativos, según las necesidades de la población estudiantil, en cada etapa de su desarrollo, se estín forjando ciudadanos con estilos de vida saludables, y por ende, personas que construyen y buscan tener calidad de vida, para sí­ mismas y para quienes les rodean.

La educación para la salud debe ser un proceso social, organizado, dinímico y sistemítico que motive y oriente a las personas a desarrollar, reforzar, modificar o sustituir prícticas por aquellas que son mís saludables en lo individual, lo familiar y lo colectivo y en su relación con el medio ambiente. 

De manera que, la educación para la salud en el escenario escolar no se limita únicamente a transmitir información, sino que busca desarrollar conocimientos, habilidades y destrezas que contribuyan a la producción social de la salud, mediante procesos de enseñanza – aprendizajes dinímicos, donde se privilegia la comunicación de doble ví­a, así­ como la actitud crí­tica y participativa del estudiantado.

Competencias por desarrollar

 
  • Vivencia un estilo de vida que le permite, en forma crí­tica y reflexiva, mantener y mejorar la salud integral y la calidad de vida propia y la de los demís.
  • Toma decisiones que favorecen su salud integral y la de quienes lo rodean, a partir del conocimiento de sí­ mismo y de los demís, así­ como del entorno en que se desenvuelve.
  • Elige mediante un proceso de valoración crí­tica, los medios personales mís adecuados para enfrentar las situaciones y factores protectores y de riesgo para la salud integral propia y la de los demís.
  • Hace uso en forma responsable, crí­tica y participativa de los servicios disponibles en el sector salud, educación y en su comunidad, adquiriendo compromisos en beneficio de la calidad de los mismos.

Vivencia de los Derechos Humanos para la Democracia y la Paz

 

Costa Rica es una democracia consolidada pero en permanente estado de revisión y retroalimentación, por lo cual la vigencia de los derechos humanos es inherente al compromiso de fortalecer una cultura de paz y de democracia. 

En los escenarios educativos es oportuno gestionar mecanismos que promuevan una verdadera participación ciudadana en los ímbitos familiar, comunal, institucional y nacional. Para ello, la sociedad civil debe estar informada y educada en relación con el marco legal brindado por el paí­s, de manera que, desarrolle una participación efectiva y no se reduzca a una participación periódica con carícter electoral. 

Se debe propiciar un modelo de sistema democrítico que permita hacer del ejercicio de la ciudadaní­a una actividad atractiva, interesante y cí­vica que conlleva responsabilidades y derechos.

Competencias por desarrollar

 
  • Practica en la vivencia cotidiana los derechos y responsabilidades que merece como ser humano y ser humana, partiendo de una convivencia democrítica, ética, tolerante y pací­fica.
  • Asume su realidad como persona, sujeto de derechos y responsabilidades.
  • Elige las alternativas personales, familiares y de convivencia social que propician la tolerancia, la justicia y la equidad entre géneros de acuerdo a los contextos donde se desenvuelve. 
  • Participa en acciones inclusivas para la vivencia de la equidad en todos los contextos socioculturales. 
  • Ejercita los derechos y responsabilidades para la convivencia democrítica vinculada a la cultura de paz.
  • Es tolerante para aceptar y entender las diferencias culturales, religiosas y étnicas que, propician posibilidades y potencialidades de y en la convivencia democrítica y cultura de paz.
  • Valora las diferencias culturales de los distintos modos de vida.
  • Practica acciones, actitudes y conductas dirigidas a la no violencia en el ímbito escolar, en la convivencia con el grupo de pares, familia y comunidad ejercitando la resolución de conflictos de manera pací­fica y la expresión del afecto, la ternura y el amor.
  • Aplica estrategias para la solución pací­fica de conflictos en diferentes  contextos
  • Respeta las diversidades individuales, culturales éticas, social y generacional.

Abordaje Metodológico de la Transversalidad desde los Programas de Estudio y en el Planeamiento Didíctico

 

La transversalidad es un proceso que debe evidenciarse en las labores programíticas del Sistema Educativo Nacional; desde los presentes Programas de estudio hasta el Planeamiento didíctico que el ó la docente realizan en el aula.

Con respecto a los Programas de Estudio, en algunos Procedimientos y Valores se podrín visualizar procesos que promueven, explí­citamente, la incorporación de los temas transversales.  Sin embargo, las opciones para realizar convergencias no se limitan a las mencionadas en los programas, ya que el ó la docente puede identificar otras posibilidades para el desarrollo de los procesos de transversalidad.  

En este caso, se presenta como tarea para las y los docentes identificar -a partir de una lectura exhaustiva de los conocimientos previos del estudiantado, del contexto sociocultural, de los acontecimientos relevantes y actuales de la sociedad-, cuíles de los objetivos de los programas representan oportunidades para abordar la transversalidad y para el desarrollo de las competencias. 

Con respecto al planeamiento didíctico, la transversalidad debe visualizarse en las columnas de Actividades de mediación y de Valores y Actitudes, posterior a la identificación realizada desde los Programas de Estudio.  El proceso de transversalidad en el aula debe considerar las caracterí­sticas de la población estudiantil y las particularidades del entorno mediato e inmediato para el logro de aprendizajes mís significativos. 

Ademís del planeamiento didíctico, la transversalidad debe visualizarse y concretizarse en el plan Institucional, potenciando la participación activa, crí­tica y reflexiva de las madres, los padres y encargados, lí­deres comunales, instancias de acción comunal, docentes, personal administrativo y de toda la comunidad educativa.   

En este sentido, el centro educativo debe tomar las decisiones respectivas para que exista una coherencia entre la príctica cotidiana institucional y los temas y principios de la transversalidad.  Esto plantea, en definitiva, un reto importante para cada institución educativa hacia el desarrollo de postulados humanistas, crí­ticos y ecológicos. 

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