Después
de las descripciones que hemos hecho en los capítulos y secciones
precedentes, aparece casi como obvio que salte la pregunta: ¿Cómo
empezó todo? Es una interrogante que, en función de la naturaleza
humana, es muy difícil evitar reflexionar sobre ella. Hay pensadores
que han llegado a la conclusión que la respuesta ha de estar fuera del
campo de la ciencia; creen que la creación del universo fue un acto
divino. Otros rechazan totalmente el planteamiento, sostienen que el
universo no empezó nunca, que siempre ha existido: punto de vista
expuesto por el modelo de estado estacionario del universo. Pero
observaciones astronómicas apoyan el hecho de que nuestro universo era
muy distinto en el pasado remoto, que tuvo un origen concreto y que,
desde entonces, sus cambios han sido sustanciales. También, es muy
posible que nuestro universo sea una isla inserta en otro inmensamente
mayor con características de periodicidades infinitas de expansiones y
contracciones, pero según los alcances de nuestra ciencia –por ahora–
es algo indemostrable. Por otra parte, y como lo hemos visto, un
universo autogenerado o reciclado es una posibilidad, pero nada nos
obliga a aceptarlo. Creo, y en aras de la sencillez, que es mís
saludable suponer que el origen de nuestro universo es un
acontecimiento único.
Si estudiamos el universo dentro del marco de los modelos
cosmológicos habituales, vemos que la temperatura y la densidad de la
materia siguen aumentando sin límite a medida que retrocedemos en el
tiempo. Luego llegamos a la singularidad espaciotemporal y las leyes
físicas pierden sentido. Esta circunstancia lleva a muchos a adoptar
una actitud que podría ser calificada como una especie de
«ritualización de la singularidad»: la idea de que hasta los
científicos deben renunciar a la empresa de entender racionalmente el
origen del universo. Lo anterior, viene a ser como repetir la historia
de lo que se decía en las primeras décadas del siglo XX, en que se
señalaba que la física fracasaría en su intento de comprender el ítomo.
Pero lo consiguió con la nueva teoría cuíntica. Del mismo modo, nada
hay que nos impida conseguir una descripción racional del origen mismo
del universo; algún día se conseguirí. La singularidad del principio
del tiempo debería considerarse meta a conquistar y no una señal para
desertar.
Pero personas con diferentes formaciones culturales y en
ciencias, contrarias a la idea de hacer esfuerzos para comprender el
origen del universo, hay muchas. Argumentan que es algo que nunca podrí
someterse a una contrastacíón empírica. Agregan, ademís, que si el
modelo inflacionario es correcto, todas las características
preinflacionarias del universo se habrían esfumado y no quedaría ningún
rastro observable de su origen.
Aunque sus argumentos pueden ser respetables sus
objeciones no son vílidas. Desde luego, la existencia misma de todo el
universo y del Big Bang es prueba de que hubo un origen de algún tipo.
Hay otras características de nuestro universo que podrían proporcionar
información sobre su origen, aunque de momento –como indicios– no se ha
profundizado lo suficiente en ellas. Por ejemplo, el modelo
inflacionario exige que antes de la inflación el universo sea
inmensamente cílido y muy denso, condiciones que debieran deducirse
lógicamente de una teoría del origen mismo. Otro ejemplo es la
característica mís espectacular del universo que haya sobrevivido a la
inflación: la dimensionalidad espaciotemporal tres mís uno. Otra
característica del universo preinflacionario es su alto grado de
simetría, y también eso debería explicarlo cualquier teoría sobre el
origen.
La formulación de un modelo físico correcto del origen del
universo, desde luego, y hasta las leyes físicas que lo rigen, es de un
monumental trabajo con una multiplicidad de restricciones. Nuestro
conocimiento de las leyes físicas y de las características observadas
del universo limitan severamente nuestra libertad de elección.
Las condiciones iniciales juegan un papel singular en
cosmología. En general, las condiciones iniciales y las leyes de la
naturaleza constituyen las dos partes esenciales de cualquier
formulación física. Las condiciones iniciales muestran la disposición
de las fuerzas y las partículas al iniciarse un experimento. Las leyes
indican lo que sucede. De este modo, las condiciones iniciales de un
experimento son las condiciones finales de uno previo. Este concepto no
sirve para las condiciones iniciales del universo. Por definición, nada
existió antes del principio del universo, si es que el universo tuvo en
realidad algún principio, de modo que sus condiciones iniciales deben
aceptarse como un punto de partida que es, hasta ahora, incalculable.
Un punto de partida como éste abruma a los físicos, que desean saber
por qué.
La descripción que hemos hecho de los distintos modelos
cosmológicos nos otorga numerosas posibilidades de condiciones
iniciales y procesos físicos con que el universo podría haber
comenzado. La idea mís corriente es aquella que postula que el universo
comenzó con una densidad y una temperatura uniforme, y que existía un
equilibrio casi perfecto entre la energía gravitacional y la energía
cinética de expansión. La pregunta es si estas condiciones iniciales
son plausibles. ¿Son probables o improbables? Tradicionalmente, los
argumentos probabilísticos requieren que un experimento se realice en
un gran número de sistemas idénticos, o bien que se repita muchas veces
en un solo sistema. Pero cómo se puede llevar acabo aquello si se puede
contar solamente con un universo.
¿Cómo podrían haberse determinado las condiciones iniciales del universo? ¿Apareció repentinamente el universo en t
= 0? El modelo estíndar del Big Bang, basado en la teoría de la
gravedad de Einstein, precisa que el estado del universo antes del
estallido de la existencia era de una densidad y curvatura
espaciotemporal infinitas. Lo anterior, lleva a considerar que en esas
condiciones imperantes al inicio del mundo, las leyes conocidas de la
física no tenían aplicabilidad alguna, lo que implica que la ciencia
sería incapaz de predecir como el universo comenzó. Todo lo que podría
decir es que el universo contemporíneo es como es, porque el primigenio
fue como fue…
Sin embargo, los científicos concuerdan en que el modelo
del Big Bang no resulta satisfactorio cuando se trata de dar
explicaciones convincentes en escenarios donde la materia comporta una
densidad extrema. A diferencia de todas las otras teorías modernas en
el campo de la física, la teoría de la gravedad de Einstein no
incorpora las propiedades físicas de la mecínica cuíntica.
En la década de 1920, los físicos descubrieron que todos los fenómenos
naturales tienen un comportamiento dual: a la vez similar a las
partículas y similar a las ondas. En ciertos casos, un electrón actúa
como una partícula, ocupando sólo una posición a la vez en el espacio,
y en otras circunstancia actúa como una onda, ocupando varias
posiciones al mismo tiempo. La teoría sobre este comportamiento se
denomina mecínica cuíntica. Esa dualidad onda-partícula de la materia
conduce a una incertidumbre intrínseca con respecto a la naturaleza, es
decir, una incertidumbre que no surge de nuestra ignorancia o
incapacidad de medir, sino que es una ignorancia absoluta. Ello,
demanda a describir la naturaleza mediante posibilidades, no certezas.
Por ello, cada día hay mís científicos entusiasmados con
la posibilidad de formular nuevas ideas basadas en la física cuíntica,
porque ellas pueden utilizarse para elaborar modelos matemíticos del
origen mismo del universo que evitan una auténtica singularidad física.
Estos modelos, carecen de un soporte experimental concreto. Pero esa
falta de apoyo experimental, a los físicos no les preocupa, ya que en
las etapas de elaboración de modelos imaginarios, las ideas pueden ser
sometidas a rigurosos escenarios computacionales. Porque lo notable de
estos modelos no es tanto que al final se demuestre que son correctos o
erróneos, sino que sean posibles. Parece que el universo, pese a su
inmensidad y a su origen ignoto, acabarí dominado por la razón, porque
es una entidad física.
El origen del universo es anterior al periodo
inflacionario. A medida que el universo se contrae, se hace mís cílido
y mís denso y, según la relatividad general clísica, colapsa en una
singularidad espaciotemporal. Pero si queremos utilizar la teoría
cuíntica, hemos de modificar esta imagen puramente clísica del colapso.
Los físicos saben que la descripción clísica de la geometría
espaciotemporal se desmorona a la escala de Planck,
antes de que aparezca la singularidad. La geometría del universo se
convierte entonces en una especie de mar espumeante que los científicos
llaman la «espuma espaciotemporal» y la influencia de la gravedad
cuíntica se hace dominante. Dado que espacio y tiempo son conceptos
bísicos utilizados en física (anílogos al uso de las palabras en las
frases) es difícil decir qué queda de las leyes físicas convencionales
en este extraño estado del universo... sería como sí las palabras
perdieran su significado. Pero los físicos han descubierto que pueden
recurrir a un lenguaje nuevo de configuraciones de campos para
describir el origen del universo. ¿Cómo se plantean los físicos este
acontecimiento?
Antes de continuar, precisemos que no existe consenso de
parte de los físicos con ningún modelo «tipo» del origen del universo.
Todos los modelos que analizaremos aquí deberín ser considerados como
primarios, provisionales y desechables en la medida que se inventan
otros mejores. Lo que, en último término, buscan los físicos, es
formular un modelo definido de este acontecimiento, como los modelos
definidos del interior de las estrellas o de las etapas posteriores al
Big Bang cuando se forma helio.
La formulación de un modelo de esta naturaleza conlleva un
pre-requisito ineludible: no dejar cuestiones pendientes en lo que se
refiere a un estado de «pre-origen» del universo. De no ser así, no
podrías ser considerado como una teoría del origen del universo. Por
ejemplo, podríamos autoinduciéndonos a señalar que el universo tuvo una
partida en «algo»... una semilla primordial. Pero entonces se nos
plantea un problema: ¿De dónde vino esa semilla? La idea alternativa de
que el universo comenzó con «nada», que es una creación ex-nihilo, cumple la condición de no dejar cosas sin aclarar, respecto a un estado preexistente. Pero, ¿qué es eso de «nada»?
Recordemos que, para la mayoría de los físicos, la nada es
lo que ellos denominan el «estado de vacío», el estado de la energía
total mínima posible en un sistema físico. Este sistema físico podría
ser un sistema solar, una galaxia o todo el universo. El espacio plano
y vacío coincide con esta descripción del «estado de vacío» de los
físicos. Pero si en ese estado de vacío se pone algo, como ondillas,
supercuerdas, o un electrón o un fotón, entonces la energía total se
incrementa y deja de ser un estado de nada; ya no hay vacío.
Lo que hemos definido como estado de vacío se basa en la
posibilidad que se tiene de precisar con exactitud qué se entiende por
«energía total» de un sistema físico. Para ello, podemos considerar que
la energía es equivalente a la masa y que la masa genera un campo
gravitatorio. Si observamos un sistema físico cualquiera y medimos el
campo gravitatorio que produce, podemos determinar su masa total y, en
consecuencia, su energía total. Pero sólo puede asignarse a este campo
gravitatorio producido por el sistema un significado inequívoco si el
espacio es plano a grandes distancias del sistema. Si el espacio no es
plano a grandes distancias sino curvo, podría considerarse que la
curvatura se debe a la presencia de un campo gravitatorio adicional que
no puede separarse del que produce la materia. Esto significa que no
podemos determinar el campo gravitatorio de la materia ni, en
consecuencia, la energía del sistema.
En consecuencia, la «energía total» de un sistema físico
es un concepto solamente aplicable en un estado de espacio geométrico
plano, y que no tiene sentido si admitimos una curvatura arbitraria de
éste. Como el espacio de todo el universo puede curvarse, la energía
total del universo no serí en realidad un concepto significativo. Lo
anterior, puede sorprender, ya que se trata de una conclusión en la
cual los conceptos de energía total y conservación de energía total no
se aplican a todo el universo, pero es cierta. Indica que si hemos de
definir la nada (el estado de vacío) de modo que la definición pueda
aplicarse a todo el universo, debemos buscar características del vacío
independientes del concepto de «energía total».
Uno de los requisitos que debe comportar el estado de
vacío es que eléctricamente debe ser neutro; no debe tener carga
eléctrica ni ningún tipo de carga conservada, como son las que se
manejan dentro del marco de la física de partículas cuínticas; ya que,
si el vacío tuviese esa carga total neta absolutamente conservada, no
podríamos nunca librarnos de todas las partículas que llevan la carga
y, en consecuencia, el vacío sería algo y no «nada»...como se requiere.
Ahora bien, si definimos el vacío como el estado en que
todas las cantidades físicamente conservadas son cero,
sorprendentemente, nos encontraríamos con que el universo entero seria
equivalente a nada. Para pensar que es absurdo ¡No! Una común reacción
enmarcada dentro de la naturaleza humana, ya que el universo entero es
todo, no «nada». Pero si analizamos detenidamente este supuesto, vemos
que el universo podría equivaler en realidad a un estado de nada y, por
tanto, es posible que nuestro universo naciese del vacío. En efecto, la
suma de todas las cargas conservadas, como la carga eléctrica, puede
ser cero para el total del universo. En consecuencia, el universo puede
crearse del vacío. No hay ninguna ley física que prohíba la creación ex-nihilo.
Por otra parte, podría considerarse una pequeña
fluctuación cuíntica en el vacío que, primero se inflacta, y
posteriormente da origen al universo al convertirse en el Big Bang. Al
igual que las partículas cuínticas pueden crearse de forma espontínea a
partir del vacío, también el universo podría crearse a partir del
vacío. Pero aunque una fluctuación cuíntica espontínea en el vacío
pueda producir momentíneamente una partícula y una antipartícula, éstas
se destruyen rípidamente: de ahí que la producción concreta de
partículas reales, dado que tales partículas tienen energía neta
positiva, entrañe una violación del principio de conservación de la
energía. Aunque se pueda violar la norma de conservación de la energía
según la relación de incertidumbre cuíntica, sólo podrí violarse
durante corto tiempo. ¿Cómo puede surgir entonces todo el universo de
una fluctuación cuíntica del vacío si ni siquiera pueden surgir de él
dos partículas?
Figura 16.04.02-2.- Modelo de fluctuaciones en el vacío. Dentro del vacío, ocurren las fluctuaciones que se inflactan para dar origen al Big Bang.
La razón que podría esgrimirse de que del espacio vacío no
broten hoy partículas fundamentales, es que nuestro espacio es muy
plano y, en un espacio así, la ley de conservación de la energía impide
el proceso. Pero en el universo muy primitivo el espacio era muy curvo,
por lo que la conservación de la energía total carecía de sentido. Si
el espacio es muy curvo, puede producirse una fluctuación cuíntica del
vacío que cree partículas fundamentales. Esa fluctuación podría
«escaparse», creando las diversas partículas cuínticas que hoy
identificamos con el Big Bang.
Por otro lado, las fluctuaciones cuínticas en la geometría
del espaciotiempo pudieron producir partículas y antipartículas durante
la era de Planck. Estas partículas recién creadas eliminarían energía
gravitatoria de la geometría fluctuante, y acabarían eliminando las
fluctuaciones y produciendo un universo caliente como en el modelo del
Big Bang.
También, dentro del círculo de los físicos, un grupo de
ellos ha pensado que el estado de la nada, a partir del cual se inicia
el universo, es el espacio vacío plano. Para ello, se basan que, si en
un espacio tal una fluctuación cuíntica produce unas cuantas
partículas, sus interacciones gravitatorias hacen que el espacio se
curve. Luego, se va produciendo un chorro de partículas y el espacio se
va curvando, con lo que surge del espacio plano vacío un universo
abierto, en expansión, lleno de materia. Sobre esta idea, varios
físicos formularon un modelo que describe el surgimiento desde la nada
del universo como producto de un proceso cuíntico. Concluyen en su
trabajo, que las leyes de la mecínica cuíntica formuladas en el marco
relativista general, no contradicen en absoluto la creación espontínea
de toda la materia y la radiación del universo. Esta creación tiene, en
principio, un origen espaciotemporal arbitrario.
Pero persiste una incógnita: en cuanto se inicia esa
fluctuación del vacío, puede mantenerse en movimiento; pero, ¿cómo se
inicia? Bueno, no cabe duda de que el origen del universo fue un
acontecimiento muy violento.
Uno de los modelos, que es el que mís me satisface en lo
personal, es el que elaboró en 1981, el malogrado doctor
físico-matemítico Heins R. Pagels junto con el colega David Atkatz. Su
formulación matemítica conlleva a que el origen del universo es
producto de una penetración mecínico-cuíntica, semejante a la
desintegración de un núcleo atómico cuando sus partículas atraviesan
directamente la barrera nuclear que ordinariamente las contiene.
El origen del universo puede concebirse como un fenómeno
de este tipo, claro estí, que con consecuencias mís espectaculares. La
idea medular es que el estado inicial de «nada» es un estado de vacío
falso: como una burbuja situada detrís de una barrera que tiene una
probabilidad pequeña pero finita de atravesarla hacia un estado de
energía menor. Al hacerlo, el falso vacío se desintegra en el estado
del Big Bang de partículas interactuantes.
Según el modelo Atkatz-Pagels, el universo tenía que ser cerrado
espacialmente, un universo compacto. De acuerdo con ello, el espacio
inicial del universo («la nada») es un espacio formado por una pequeña
«burbuja» sin materia de la cual surge el universo como un espacio
multidimensional compacto. Un subespacio tetradimensional de este
espacio multidimensional penetra luego en la configuración física del
Big Bang, representando el resto las simetrías internas observadas.
Según este punto de vista, el universo surge como un espacio
multidimensional con un alto grado de simetría. Pero un universo con
esta geometría puede ser inestable y experimentar una desintegración
por el mecanismo de penetración. En consecuencia, las cuatro
dimensiones se convierten en dimensiones «grandes» y su tamaño se
expande muy deprisa, mientras que el resto (las dimensiones pequeñas)
sigue siendo pequeño y se halla hoy presente en las simetrías
«internas» de las partículas cuínticas.
Tanto los modelos que hemos expuesto hasta ahora sobre el
posible origen del universo, como otros semejantes que circulan o lo
han hecho en los medios de difusión científica, parten de la existencia
previa de un espacio vacío de algún tipo: el vacío del que todo surgió.
Unos parten de un espacio plano, vacío y tetradimensional. Otros, como
el de Atkatz-Pagels, parten de un espacio cerrado, el que pueden haber
mís de cuatro dimensiones. Sin embargo, la idea de mayor presencia en
el pensamiento de los científicos es aquella que considera que el
espacio sigue siendo algo, y que en realidad el universo debió haber
surgido de la «nada». Sin espacio, sin tiempo... sin nada.
La nada de «antes» de la creación del universo es el vacío
mís completo que podamos imaginar. no existían espacio ni tiempo ni
materia. Es un mundo sin lugar ni duración ni eternidad ni número: es
lo que los matemíticos llaman «el conjunto vacío». Sin embargo, este
vacío inconcebible se convierte en la plenitud de la existencia:
consecuencia necesaria de las leyes físicas. ¿Dónde estín escritas esas
leyes en ese vacío? ¿Quién le «dice» al vacío que estí preñado de un
posible universo? Es como si hasta el vacío estuviese sometido a una
ley, a una lógica previa al espacio y el tiempo.
Como lo mencionamos ya, los modelos sobre el origen del
universo, que hemos expuesto hasta ahora, parten de la existencia
previa de un espacio vacío, desde el cual todo se origina. Vimos un
modelo que partía de un espacio plano, vacío y tetradimensional.
Analizamos otro en el cual sus autores partían de un espacio cerrado,
en el cual se podría dar la existencia de mís de cuatro dimensiones.
Veamos ahora uno con la idea de un universo inflacionario.
En 1983, el físico teórico de Tufts University Alex
Vilenkin escribió el artículo «El nacimiento de universos
inflacionarios», en que exponía un modelo matemítico donde se
fundamenta que «nada es nada». Para Vilenkin, la «nada» (ni espacio ni
tiempo) penetraban según la mecínica cuíntica en una geometría de
espacio y de tiempo, de la cual podría surgir una etapa inflacionaria
del universo. Su modelo iba mís lejos que las ideas similares que
precedentemente hemos expuesto, en las cuales se soslaya un mecanismo
precisamente definido. Pero, ¿cómo pueden surgir el tiempo y el espacio
de la «nada»?
Habiendo estudiado distintas variantes del modelo
inflacionario, ello nos condiciona para usar la imaginación y poder
entender lo que nos quiso decir Vilenkin. Tomemos la imagen de un
universo inflacionario cerrado como un anillo elístico. Utilicemos esta
imagen en la creación del universo. En este caso un universo
unidimensional. En la medida que el tiempo retrocede, el anillo se
encoge hasta convertirse en un punto y luego desaparece. Desde nuestra
condición natural de un espacio tridimensional, el anillo estí encajado
en nuestro espacio y desaparece en nuestro espacio. Pero no ocurre lo
mismo con un supuesto ser habitante del espacio unidimensional del
anillo, dado que ese espacio no se desvanece en otro de dimensiones
mayores. Simplemente desaparece. El espaciotiempo tetradimensional real
de nuestro universo puede simplemente desaparecer del mismo modo en la
nada absoluta como, asimismo, también puede surgir de ella.
Utilizando las ideas generales de la mecínica cuíntica,
pero sin disponer de una teoría detallada de la gravedad cuíntica,
Stephen Hawking, de la Universidad de Cambridge, y James Hartle, de la
Universidad de California en Santa Bírbara, junto a otros
especialistas, han intentado recientemente calcular las condiciones
iniciales esperables de nuestro universo. Estos cílculos no implican en
absoluto la observación del universo actual ni su anílisis
retrospectivo. Hawking y Hartle se proponen calcular cómo debió crearse
el universo –en función de los conceptos generales de la teoría
cuíntica y la teoría de la relatividad– y luego seguir trabajando a
partir de allí. Claro estí, que la complejidad de los detalles de un
cílculo de este tipo, por ahora, lo hace impracticable sin una teoría
de la gravedad cuíntica; incluso con ella (si se logra al fin
formular), puede que el cílculo resulte demasiado complicado para
llevarlo a la príctica. No obstante, incluso si dicho cílculo pudiese
realizarse de manera confiable, las condiciones iniciales quizí no
deberían asumirse como un dato; estarían en la misma situación que las
leyes de la naturaleza. En principio, todos los aspectos del universo
podrían calcularse y explicarse.
Figura 16.04.02-3.- Modelo De la Gravedad Cuíntica.
En la versión de Hartle-Hawking, el espaciotiempo se curva antes del
tiempo de Planck, de modo que aunque el pasado es finito, el inicio no
tiene fronteras limitantes.
Durante un tiempo, muchos científicos pensaron que la idea
de un principio del universo de extremadamente alta densidad era un
artilugio hipotético, fruto de las idealizaciones del modelo del Big
Bang, como el postulado de la homogeneidad. No obstante, a mediados de
la década de 1960, Roger Penrose y Stephen Hawking probaron
matemíticamente que, incluso si el universo no es a fin de cuentas
homogéneo, su actual comportamiento expansivo, unido a la teoría de la
relatividad general, implican que el universo debe haber tenido una
formidable densidad en el pasado, retrocediendo en el tiempo por lo
menos hasta la era de Planck, que es hasta donde se aplica la
relatividad general clísica. Para comprender el estado inicial del
universo, entonces, parece imprescindible abordar el tema de la
cosmología cuíntica.
Algunos cosmólogos, en especial los teóricos, piensan que
jamís lograremos entender por qué el universo es como es hasta que no
comprendamos sus condiciones iniciales y dispongamos de una teoría
confiable de la gravedad cuíntica, lo cual podría estar a muchos años
de nosotros.
Tanto estas ideas sobre el origen del universo, como otras
que se nos quedan en el tintero, son bastante permeables frente a
argumentos técnicos. Generalmente, se aduce que en todos esos modelos
se fuerzan los conceptos y teorías actuales bastante mís de lo
comprobado experimentalmente y, en consecuencia, no pasan de ser
conjeturas fantísticas. Es muy posible que estos críticos tengan razón.
Es muy posible que toda una comunidad de científicos muy ilustres acabe
aceptando una teoría del universo muy primitivo que, en el futuro (con
la sabiduría que proporciona el paso del tiempo), se considere una
fantasía basada en una información incompleta y en unas extrapolaciones
fantísticas. La elaboración teórica, aunque aporte una estructura al
pensamiento, jamís puede sustituir a la experimentación y a la
observación. Los nuevos aceleradores de alta energía y los poderosos
actuales telescopios, tendrín mucho que aportar sobre la veracidad o la
falsedad de estas ideas.
Afortunadamente, este libro sobre las concepciones
actuales de la física y la cosmología es virtual, y se encuentra
alojado en un sistema computacional, lo que lo asemeja a un cuaderno de
hojas sueltas. Ello permite la facilidad de poder sustituir algunas
hojas por otras nuevas donde se puedan exponer las mejores ideas según
vayan apareciendo. Es muy probable que muchas ideas científicas
actuales sobre la física cuíntica, la astrofísica y la cosmología, sean
erróneas y acaben arrinconadas y desechadas. Es posible que en el
futuro se produzca una revolución trascendental en la física que
modifique toda nuestra concepción de la realidad. Puede que miremos
hacia atrís y que nuestros intentos actuales de desentrañar el origen
del universo nos parezcan tan equivocados como las tentativas de los
filósofos medievales de entender el sistema solar antes de las
revelaciones de Copérnico, Kepler, Galileo y Newton. Lo que
consideramos hoy «el origen del universo» puede ser el umbral temporal
de mundos que quedan fuera del alcance de la imaginación. Pero es
posible también que nos estemos acercando al final de la búsqueda.
Nadie lo sabe.
Seguimos con un poco de clases Cosmología es el estudio científico de las propiedades a gran
escala del Universo como un todo. Aspira a usar el método científico
para entender el origen, evolución y destino final de todo el Universo.
Como cualquier campo de la ciencia, la cosmología involucra la
formación de teorías o de hipótesis acerca del universo que hacen
predicciones específicas para fenómenos que pueden probarse mediante
observaciones.
Dependiendo de los resultados de estas observaciones, las teorías
tendrín que ser abandonadas, revisadas o ampliadas para acomodar los
datos. La teoría que prevalece acerca del origen y la evolución de
nuestro Universo es la denominada teoría del Big Bang.
Cosmología del Big Bang.
El modelo del Big Bang es una teoría ampliamente aceptada para el
origen y evolución de nuestro universo. Postula que hace 12 a 14 mil
millones de años, la porción del universo que vemos hoy en día era de
solo unos milímetros de ancho. Desde entonces se ha expandido de ese
denso estado candente en un mís basto y mucho mís frío cosmos donde
nosotros habitamos.
Podemos ver remanentes de esta densa materia candente como la
actual radiación de microondas de fondo cósmicas muy frías que aún
difunde el universo y que es visible para los detectores de microondas
como un brillo incandescente uniforme a través de todo el cielo.
Bases del Modelo del Big Bang
El modelo del Big Bang descansa sobre dos pilares teóricos:
La Relatividad General La
primera idea clave se remonta a 1916 cuando Einstein desarrolló su
Teoría General de la Relatividad la cual propuso como una nueva teoría
de la gravedad. Su teoría generaliza la teoría original de la gravedad
de Isaac Newton del 1680, en la que se supone es vílida para cuerpos en
reposo o en un movimiento muy lento en comparación con la velocidad de
la luz. Un concepto clave de la relatividad general es que la gravedad
ya no se describe por un “campo†gravitatorio sino mís bien se supone
que es una distorsión del espacio y el tiempo mismos. El físico John
Wheeler lo expresó muy bien cuando dijo: “La materia le dice al espacio
como curvarse y el espacio le dice a la materia como moverseâ€. En un
principio, la teoría podía tomar en consideración las peculiaridades en
la órbita de Mercurio y el doblamiento de la luz por el Sol, pero esto
no estaba explicado en la teoría de la gravedad de Newton. En años
recientes, la teoría a pasado por una serie de pruebas rigurosas.
El Principio Cosmológico
Después de la introducción de la Relatividad General, un gran número de
científicos, Einstein incluido, trataron de aplicar las nuevas
dinímicas gravitatorias al universo como un todo. En su momento esto
requería una suposición acerca de como estaba distribuida la materia en
el universo. La suposición mís simple es que si viéramos el contenido
del universo con la suficiente mala visión, nos parecería casi lo mismo
en todas las direcciones. O sea que la materia en el universo es
homogénea e isotrópica al medirse en grandes escalas. A esto se le
llama el principio cosmológico. Esta suposición estí siendo probada
continuamente mientras observamos al presente la distribución de
galaxias aún a escalas mayores. La foto muestra cuan uniforme es la
distribución de galaxias en un abanico de 30º en el cielo.
Adicionalmente la radiación de microondas cósmicas de fondo – el
calor remanente del Big Bang – tiene una temperatura que es muy
uniforme a través de todo el cielo. Este hecho apoya fuertemente la
noción de que el gas que emitió estí radiación hace mucho tiempo, fue
distribuida uniformemente.
Estas dos ideas forman la base teórica completa para la cosmología
del Big Bang y nos conducen a predicciones específicas de propiedades
observables del universo.
Bases de la Cosmología del Big Bang
El modelo de cosmología del Big Bang descansa en dos ideas clave
que datan de principios del siglo 20: La Relatividad General y el
Principio Cosmológico. Asumiendo que la materia en el universo estí
distribuida uniformemente en las escalas mayores, podemos usar la
Relatividad General para computar los efectos gravitatorios
correspondientes de esa materia. Ya que la gravedad es la propiedad del
espacio-tiempo en la Relatividad General, esto es equivalente a
computar la dinímica del propio espacio-tiempo.
La historia se produce como sigue:
Dada
la suposición que la materia en el universo es homogénea e isotrópica
(El Principio Cosmológico), puede demostrarse que la correspondiente
distorsión del espacio-tiempo (debida a los efectos gravitatorios de
esta materia), solo puede tener una de tres formas, como se muestra
esquemíticamente en la foto de la izquierda. Puede estar curvado
“positivamente†como la superficie de una bola y ser finito en
extensión; puede estar curvado “negativamente†como una silla de montar
y ser infinito en extensión; o puede ser “plano†e infinito en
extensión – nuestro concepto “común†del espacio. Una limitación clave
de la foto mostrada aquí es que solo podemos representar la curvatura
de un plano de dos dimensiones de lo ¡qué es realmente un espacio de 3
dimensiones! Noten ustedes de que en un universo cerrado podríamos
comenzar un viaje hacia una dirección y eventualmente con el suficiente
tiempo, regresaríamos a nuestro punto de partida; en un universo
infinito, nunca regresaríamos.
Antes de que discutamos cual de estos tres planos describe a
nuestro universo (si es que alguno), antes debemos poner algunas
limitaciones:
· Como el universo tiene una edad limitada (~13 700 millones de
años), solo podemos ver hasta una distancia finita: ~13 700 millones de
años luz. Este es el denominado “horizonte†nuestro. El modelo del Big
Bang no trata de describir esa región del espacio significativamente
mís lejana de nuestro propio horizonte – el espacio-tiempo podría ser
bien diferente allí.
· Es muy posible que el universo tenga una topología global mís
complicada que la que aquí se muestra, a pesar de tener la misma
curvatura local. Por ejemplo, podría tener la forma de un anillo
rotatorio alrededor de un eje que no intersecte su círculo. Pueden
existir algunas maneras de probar esta idea, pero la mayor parte de las
siguientes discusiones no se ven afectadas.
La materia juega un papel primordial en cosmología. Sucede que la
densidad promedio de la materia determina de manera singular la
geometría del universo (hasta las limitaciones anotadas arriba) Si la
densidad de la materia es menor que la denominada densidad crítica, el
universo es abierto e infinito. Si la densidad es mayor que la densidad
crítica, el universo es cerrado y finito. Si la densidad tan solo
iguala a la densidad crítica, el universo es plano, pero aún
presumiblemente infinito. El valor de la densidad crítica es muy
pequeño: corresponde a grosso modo a 6 ítomos de hidrógeno por metro
cúbico, algo ¡sorprendentemente de gran vacío, según los estíndares
terrestres! Una de las preguntas científicas clave en cosmología hoy en
día es: ¿Cuíl es la densidad media de la materia en el universo? Aunque
la respuesta aún no se conoce con seguridad, parece estar
tentadoramente muy cercana a la densidad crítica.
Dada una ley de la gravedad y una suposición acerca de como esta
distribuida la materia, el paso siguiente es dilucidar las dinímicas
del universo – como se desenvuelven el espacio y la materia en él, con
el tiempo. Los detalles dependen de mís información acerca de la
materia en el universo, conocer su densidad (masa por unidad de
volumen) y su presión (la fuerza que ejerce por unidad de írea), pero
la imagen genérica que surge es que el universo comenzó a partir de un
volumen muy pequeño, que aún después dobló el Big Bang, con una
velocidad inicial de expansión. En gran parte, esta velocidad de
expansión ha ido en descenso (desacelerando) desde entonces debido al
tirón gravitatorio de la materia sobre sí misma.
Una pregunta clave para el destino del universo es si el tirón de
la gravedad es o no lo suficientemente fuerte para al final reverter la
expansión y ocasionar que vuelva a colapsarse sobre sí mismo. De hecho,
observaciones recientes han ofrecido la posibilidad de que la expansión
del universo pueda estar realmente acelerando, dando la posibilidad que
la evolución del universo estí ahora dominada por una forma bizarra de
materia que tiene una presión negativa.
La foto de arriba nos muestra un número de posibles escenarios
respecto del tamaño relativo del universo contra el tiempo: la curva
inferior (verde) representa un universo plano de densidad crítica en el
cual el grado de expansión estí continuamente disminuyendo (las curvas
se vuelven mís horizontales) La curva del medio (azul) nos muestra un
universo abierto de baja densidad cuya expansión también estí
disminuyendo, aunque no tanto como el universo de densidad crítica
debido a que el tirón de la gravedad no es tan fuerte. La curva
superior (roja) muestra un universo en el cual una gran parte de
materia se encuentra en una forma denominada energía oscura la cual
causa que la expansión se acelere. Existen evidencias crecientes de que
nuestro universo sigue la curva roja.
Por favor eviten las siguientes ideas falsas acerca del Big Bang y la expansión:
· El Big Bang no ocurrió en un solo punto del espacio como una
explosión . Es mejor pensarlo como la aparición simultínea de espacio
en todas partes del universo. Esa región del espacio que queda dentro
de nuestro actual horizonte era, de hecho, no mayor que un punto en el
pasado. Sin embargo, si todo el espacio tanto dentro como fuera de
nuestro horizonte es ahora infinito, quiere decir que nació infinito.
Si es cerrado y finito, entonces nació a partir de un volumen de cero y
creció a partir de ahí. En ninguno de los dos casos existe un centro
de expansión – un punto a partir del cual el universo se estí
expandiendo en alejamiento del mismo. En la analogía de la bola, el
radio de la bola crece a medida que el universo se expande, pero todos
los puntos sobre la superficie de la bola (el universo) retroceden con
respecto al otro de una manera idéntica. El interior de la bola no
debería ser considerado como parte del universo en esta analogía.
· Por definición el universo rodea todo el espacio y tiempo tal y
como lo conocemos, de modo que estí mís allí del alcance del campo del
Big Bang postular en qué se estí expandiendo el universo. Ya sea en el
universo abierto, o el cerrado, el único “margen†del espacio-tiempo
tiene lugar en el Big Bang (y quizí en su contraparte el Gran
Encogimiento), de modo que es lógicamente necesario (o sensitivo)
considerar esta pregunta.
· Va mís allí del alcance del modelo del Big Bang decir que es lo
que dio lugar al Big Bang. Existen una serie de teorías especulativas
respecto de este tópico, pero ninguna de ellas realiza aún predicciones
comprobables realistas.
Llegados
a este punto, la única suposición que hemos hecho respecto del universo
es que la materia se encuentra distribuida homogénea e isotrópicamente
en grandes escalas. Hay un número de parímetros libres en esta familia
de modelos del Big Bang que debe ser fijado mediante observaciones de
nuestro universo. Los mís importantes son: La geometría del universo
(abierto, aplanado, cerrado), el grado de expansión actual (la
constante de Hubble), el curso total de la expansión, pasada y futura,
la cual se determina por la densidad fraccional de los diferentes tipos
de materia en el universo. Nótese que la edad actual del universo
proviene de la expansión histórica y de la velocidad actual de
expansión.
Como apuntamos arriba, la geometría y la evolución del universo
estín determinadas por la contribución fraccional de varios tipos de
materia. Ya que tanto la densidad de energía y la presión contribuyen a
fortalecer la gravedad en la Relatividad General, los cosmólogos
clasifican los tipos de materia por su ecuación de estado , la
relación entre su presión y la densidad de energía. El esquema bísico
de clasificación es:
Radiación: Compuesta por partículas sin masa o casi sin
masa, que se mueven a la velocidad de la luz. Los ejemplos conocidos
incluyen fotones (luz) y neutrinos. Esta forma de material se
caracteriza por tener una gran presión positiva.
Materia bariónica: Esta es la materia ordinaria compuesta
principalmente de protones, neutrones y electrones. Esta forma de
materia esencialmente no tiene presión de importancia cosmológica.
Materia oscura: Esto generalmente hace referencia a materia
exótica , no bariónica que interactúa solo débilmente con la materia
ordinaria. Mientras que semejante tipo de materia no ha sido vista
jamís en forma directa en el laboratorio, su existencia se ha
sospechado por razones que se discuten en otras secciones. Esta forma
de materia tampoco representa una presión cosmológica.
Energía oscura: Esta es la verdadera forma bizarra de
materia, o quizí una propiedad del vacío mismo, que se caracteriza por
una gran presión negativa. Es la única forma de materia que puede
ocasionar la expansión del universo o acelerarlo en su expansión. Esto puede ser el tema de otra exposición.
Uno de los retos principales en la cosmología de hoy en día es
determinar las densidades relativas y totales (energía por unidad de
volumen) en cada una de estas formas de materia, ya que esto es
esencial para el entendimiento de la evolución y del destino final de
nuestro universo.
http://www.astroseti.org/vernew.php?codigo=2030
pagina para ver imagenes de los planetas y el sol.