Existencialismo.....Movimientos de vanguardia

Posted by renegarcia on 31 Agosto, 2008 13:12

 

El existencialismo es un movimiento filosófico cuyo postulado fundamental es que son los seres humanos, en forma individual, los que crean el significado y la esencia de sus vidas. La corriente, de manera general, destaca el hecho de la libertad y la temporalidad del hombre, de su existencia en el mundo mís que de su supuesta esencia profunda. Emergió como movimiento en el siglo XX, en el marco de la literatura y la filosofí­a, heredando algunos de los argumentos de filósofos anteriores como Schopenhauer, Kierkegaard, Nietzsche y Unamuno.

El existencialismo generalmente defiende la no existencia de un poder trascendental que lo determine; esto implica que el individuo es libre y, por ende, totalmente responsable de sus actos. Esto incita en el ser humano la creación de una ética de la responsabilidad individual, apartada de cualquier sistema de creencias externo a él. Según el filósofo e historiador de la filosofí­a Nicola Abbagnano, «Se entiende por existencialismo toda filosofí­a que se conciba y ejercite como anílisis de la existencia siempre que por existencia se entienda el modo de ser del hombre en el mundo. La relación hombre-mundo es, pues, el único tema de toda filosofí­a existencialista (...) Los antecedentes históricos mís cercanos del existencialismo son la fenomenologí­a de Husserl y la filosofí­a de Kierkegaard.» Abbagnano considera pensadores fundamentales de esta corriente a Heidegger, Jaspers y Sartre.[1

Origen y desarrollo

Filósofo
Filósofo danés Sí¸ren Kierkegaard cuya influencia fue primordial para el desarrollo del existencialismo

El existencialismo nace como una reacción frente a las tradiciones filosóficas imperantes, tales como el racionalismo o el empirismo, que buscan descubrir un orden legí­timo de principios metafí­sicos dentro de la estructura del mundo observable, en donde se pueda obtener el Significado universal de las cosas. En los 1940s y 1950s, existencialistas franceses como Jean-Paul Sartre, Albert Camus y Simone de Beauvoir realizaron escritos académicos y/o de ficción que popularizaron temas existenciales del tipo de la Libertad, la Nada, el Absurdo, entre otros. Walter Kaufmann describió al existencialismo como el rechazo a pertenecer a cualquier escuela de pensamiento, el repudiar la adecuación a cualquier cuerpo de creencias, y especialmente de sistemas, y una marcada insatisfacción hacia la filosofí­a tradicional, que se marca de superficial, académica y alejada de la vida .

Es la filosofí­a de la existencia, el movimiento filosófico y humaní­stico europeo, identificado por la concepción según la cual la existencia precede a la esencia (Jean-Paul Sartre), y que se popularizó a partir de la crisis y crí­tica social y moral, a raí­z de los estragos y dramas socio-filosóficos ocasionados por las grandes guerras europeas del siglo XX, especialmente, la segunda guerra mundial.

Al existencialismo se le ha atribuido un carícter vivencial, ligado a los dilemas, estragos, contradicciones y estupidez humana. Esta corriente filosófica discute y propone soluciones a los problemas mís propiamente inherentes a la condición humana, como el absurdo de vivir, la significancia e insignificancia del ser, el dilema de la guerra, el eterno tema del tiempo, la libertad, ya sea fí­sica o metafí­sica, la relación Dios-hombre, el ateí­smo, la naturaleza del hombre, la vida y la muerte. El existencialismo busca revelar lo que rodea al hombre, haciendo una descripción minuciosa del medio material y abstracto en el que se desenvuelve el individuo (existente), para que éste obtenga una comprensión propia y pueda dar sentido o encontrar una justificación a su existencia.

Esta filosofí­a, a pesar de los ataques provenientes con mayor intensidad de la religión cristiana, busca una justificación para la existencia humana. El existencialismo, de acuerdo a Jean-Paul Sartre, indica que no hay naturaleza humana. El filósofo francés indica que la existencia precede a la esencia, lo que en efecto es un ataque a la creencia religiosa, cuyo pensamiento inició con Aristóteles y culminó en Sartre, quien indica que los seres humanos primero existimos y luego adquirimos sustancia; es decir, sólo existimos y mientras vivimos, vamos aprendiendo de los demís humanos que han inventado cosas abstractas, desde Dios hasta la existencia de una naturaleza humana previa.

El parrafo anterior es tendencioso, por cuanto grandes pensadores del existencialismo, como Kierkegaard, Marcel, Unamuno y Buber estan incertos en la religion cristiana y concilian perfectamente la importancia de la existencia individual, la libertad y las relaciones interpersonales con la existencia de Dios y la gracia.

El existencialismo encuentra su antecedente mís significativo en el filósofo danés Sí¸ren Kierkegaard (1813-1855), llamado el padre del existencialismo , quien influyó en el filósofo francés Sartre. Ya avanzado el siglo XX, esta corriente filosófica fue desarrollada (nunca de manera sistemítica, aunque su popularidad creció después de los problemas morales y éticos que trajo consigo la segunda guerra mundial, aparte del miedo provocado por la bomba atómica) -y terminó por encuadrarse dentro del llamado irracionalismo filosófico- por pensadores y novelistas de tanto renombre como los franceses Jean-Paul Sartre y Gabriel Marcel, el argelino Albert Camus y el alemín Martin Heidegger. Albert Camus, existencialista, se dedicó a demostrar a través de sus ensayos y novelas el absurdo del mundo.

Heidegger

El alemín Heidegger rechazó que su pensamiento fuera catalogado como existencialista. El equí­voco provendrí­a, según los estudiosos, de la lectura e interpretación del primer gran tratado del filósofo, Ser y tiempo . En verdad, allí­ se plantea que el objetivo de la obra es la búsqueda del sentido del ser -olvidado por la filosofí­a desde sus inicios-, ya desde los primeros parígrafos, lo cual con propiedad no permitirí­a entender el trabajo -como expresa el autor- como existencialista ; pero Heidegger, luego de esa especie de anuncio programítico entiende que es previa a la buscada ontologí­a o dilucidación del ser, una ontologí­a fundamental y al consagrarse a ella con método fenomenológico, se dedica a un anílisis descriptivo pormenorizado y excluyente de la existencia humana o Dasein , con una hondura y una originalidad, inéditas en la historia del pensamiento occidental, siguiendo el método fenomenológico de Edmund Husserl. Con posterioridad, el resto de su obra, que seguirí al primer tratado mencionado, publicado en 1927, se ocuparí de otros asuntos en los que ya no se transparenta la temítica existencial . Esta aparente ruptura con el hilo conductor de su pensar primero, serí un hiato en su discurso que el filósofo no aceptarí nunca como tal... Pero muchos crí­ticos la denominarín: el segundo Heidegger .

La caracterí­stica principal del existencialismo es la atención que presta a la existencia concreta, individual y única del hombre, por lo tanto, en el rechazo de la mera especulación abstracta y universal.

El tema central de su reflexión es precisamente la existencia del ser humano, en términos de estar fuera ( a saber, en el mundo), de vivencia, y en especial de pathos o temple de ínimo. En expresión de Heidegger: «el-ser-en-el-mundo».

Heidegger, en efecto, se caracteriza, según algunos, por su firme pesimismo: considera al ser humano como yecto (arrojado) en el mundo; el Dasein se encuentra arrojado a una existencia que le ha sido impuesta, abandonado a la angustia que le revela su mundanidad, el hecho de que puede ser en el mundo y que por consiguiente, ha de morir. Sartre, siguiendo a Heidegger, también dista de caracterizarse por un estilo y discurso optimistas; plantea, al igual que Heidegger, al ser humano no tan sólo como yecto, sino como pro-yecto: un proyecto en situación. No obstante, estas posturas no tienen que comprenderse necesariamente como pesimistas; para Sartre la angustia de un alma consciente de encontrarse condenada a ser libre, significa tener en cada instante de la vida, la absoluta responsabilidad de renovarse; y de este punto parte Gabriel Marcel para sustentar una perspectiva optimista, que le lleva a superar cualquier oposición entre el hombre y Dios, en contradicción con la concepción atea de Sartre.

Sartre

El existencialismo ateo que yo represento (...) declara que, si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el hombre o, como dice Heidegger, la realidad humana. ¿Qué significa aquí­ que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo, y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo serí después, y serí tal como se haya hecho. Así­ pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia. El hombre no es otra cosa que lo que él se hace. í‰ste es el primer principio del existencialismo. Es también lo que se llama la subjetividad, que se nos echa en cara bajo ese nombre. Pero ¿qué queremos decir con esto, sino que el hombre tiene una dignidad mayor que la piedra o la mesa? Pues queremos decir que el hombre empieza por existir, es decir, que empieza por ser algo que se lanza hacia un porvenir, y que es consciente de proyectarse hacia el porvenir. El hombre es ante todo un proyecto, que se vive subjetivamente, en lugar de ser un musgo, una podredumbre o una coliflor; nada existe previamente a este proyecto; nada hay en el cielo inteligible, y el hombre serí, ante todo, lo que habrí proyectado ser. No lo que querrí ser. Pues lo que entendemos ordinariamente por querer es una decisión consciente, que para la mayorí­a de nosotros es posterior a lo que el hombre ha hecho de sí­ mismo. Yo puedo querer adherirme a un partido, escribir un libro, casarme; todo esto no es mís que la manifestación de una elección mís original, mís espontínea de lo que se llama voluntad. Pero si verdaderamente la existencia precede a la esencia, el hombre es responsable de lo que es; yo opino que es real el motivo o causa del ser.
Jean-Paul Sartre, El existencialismo es un humanismo

Ortega y Gasset

José Ortega y Gasset, influenciado como Heidegger, por Husserl, resumió su filosofí­a en la tesis Yo soy yo y mi circunstancia; consideró que vida es la realidad radical, la relación entre el Yo y las circunstancias, el ímbito en el que se hace presente todo, es el experimentar la realidad, un conjunto de vivencias, en las que cada uno se relaciona con el mundo; la intuición es la vivencia en la que estí presente la evidencia y es sobre las evidencias que descansa nuestro conocimiento. La vida es una actividad que se ejecuta hacia adelante, y el presente o el pasado se descubren después, en relación con ese futuro. La vida es futurición, es lo que aún no es”.

Otros antecedentes

Algunos analistas consideran que, ya en el siglo XIX, el ruso Fedor Dostoievski y los alemanes Schopenhauer, Max Stirner y Nietzsche eran existencialistas avant la lettre. Incluso, recusablemente existencialista (aun cuando la palabra «existencialismo» no hubiera sido acuñada en su época), resulta como indicíbamos el llamado pesimista, por no llamarlo realista Sí¸ren Kierkegaard, quien inaugura lo que se denomina existencialismo cristiano (en este sentido, incluso Blaise Pascal podrí­a considerarse un precedente).

Tres escuelas de existencialismo

En términos de la existencia e importancia de Dios, hay tres escuelas de pensamiento existencialista: el existencialismo ateo (representado por Sartre), el existencialismo cristiano (Kierkegaard) y el agnóstico (Camus, Heidegger) cuya propuesta es que la existencia o no de Dios es una cuestión irrelevante para la existencia humana: Dios puede o no existir. Y el problema, tan sólo por tener una idea firme, no soluciona los problemas metafí­sicos del hombre. Heidegger se distancia expresamente de Sartre en su Carta sobre el humanismo. Buytendijk, psicólogo cercano a Heidegger, admite ser existencialista. Merleau-Ponty es gran representante de la corriente, aunque manteniendo mís nexos con la fenomenologí­a de Husserl. Martin Buber, por su parte, representa a una corriente de existencialismo judí­o muy influida por el hasidismo. Mientras que Gabriel Marcel y Jacques Maritain son encuadrables dentro de un existencialismo cristiano no tanto de lí­nea kierkegaardiana sino mís bien jasperiana/mounierista (filosofí­a de la existencia y personalismo).

Pensadores próximos

Otros destacados pensadores adscribibles al existencialismo, en mayor o menor grado, serí­an: Miguel de Unamuno, Edith Stein, Nicola Abbagnano, Nikolai Berdyaev, Emmanuel Levinas, Albert Camus, Peter Wessel Zapfe, Karl Jaspers, Max Scheler, Simone de Beauvoir, Simone Weil, Emmanuel Mounier e incluso Paul Ricoeur y Hans-Georg Gadamer

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