Existencialismo.....Movimientos de vanguardia
El existencialismo es un movimiento filosófico cuyo postulado fundamental es que son los seres humanos, en forma individual, los que crean el significado y la esencia de sus vidas. La corriente, de manera general, destaca el hecho de la libertad y la temporalidad del hombre, de su existencia en el mundo mís que de su supuesta esencia profunda. Emergió como movimiento en el siglo XX, en el marco de la literatura y la filosofía, heredando algunos de los argumentos de filósofos anteriores como Schopenhauer, Kierkegaard, Nietzsche y Unamuno.
El existencialismo generalmente defiende la no existencia de un poder trascendental que lo determine; esto implica que el individuo es libre y, por ende, totalmente responsable de sus actos. Esto incita en el ser humano la creación de una ética de la responsabilidad individual, apartada de cualquier sistema de creencias externo a él. Según el filósofo e historiador de la filosofía Nicola Abbagnano, «Se entiende por existencialismo toda filosofía que se conciba y ejercite como anílisis de la existencia siempre que por existencia se entienda el modo de ser del hombre en el mundo. La relación hombre-mundo es, pues, el único tema de toda filosofía existencialista (...) Los antecedentes históricos mís cercanos del existencialismo son la fenomenología de Husserl y la filosofía de Kierkegaard.» Abbagnano considera pensadores fundamentales de esta corriente a Heidegger, Jaspers y Sartre.[1
Origen y desarrollo
El existencialismo nace como una reacción frente a las tradiciones filosóficas imperantes, tales como el racionalismo o el empirismo, que buscan descubrir un orden legítimo de principios metafísicos dentro de la estructura del mundo observable, en donde se pueda obtener el Significado universal de las cosas. En los 1940s y 1950s, existencialistas franceses como Jean-Paul Sartre, Albert Camus y Simone de Beauvoir realizaron escritos académicos y/o de ficción que popularizaron temas existenciales del tipo de la Libertad, la Nada, el Absurdo, entre otros. Walter Kaufmann describió al existencialismo como el rechazo a pertenecer a cualquier escuela de pensamiento, el repudiar la adecuación a cualquier cuerpo de creencias, y especialmente de sistemas, y una marcada insatisfacción hacia la filosofía tradicional, que se marca de superficial, académica y alejada de la vida .
Es la filosofía de la existencia, el movimiento filosófico y humanístico europeo, identificado por la concepción según la cual la existencia precede a la esencia (Jean-Paul Sartre), y que se popularizó a partir de la crisis y crítica social y moral, a raíz de los estragos y dramas socio-filosóficos ocasionados por las grandes guerras europeas del siglo XX, especialmente, la segunda guerra mundial.
Al existencialismo se le ha atribuido un carícter vivencial, ligado a los dilemas, estragos, contradicciones y estupidez humana. Esta corriente filosófica discute y propone soluciones a los problemas mís propiamente inherentes a la condición humana, como el absurdo de vivir, la significancia e insignificancia del ser, el dilema de la guerra, el eterno tema del tiempo, la libertad, ya sea física o metafísica, la relación Dios-hombre, el ateísmo, la naturaleza del hombre, la vida y la muerte. El existencialismo busca revelar lo que rodea al hombre, haciendo una descripción minuciosa del medio material y abstracto en el que se desenvuelve el individuo (existente), para que éste obtenga una comprensión propia y pueda dar sentido o encontrar una justificación a su existencia.
Esta filosofía, a pesar de los ataques provenientes con mayor intensidad de la religión cristiana, busca una justificación para la existencia humana. El existencialismo, de acuerdo a Jean-Paul Sartre, indica que no hay naturaleza humana. El filósofo francés indica que la existencia precede a la esencia, lo que en efecto es un ataque a la creencia religiosa, cuyo pensamiento inició con Aristóteles y culminó en Sartre, quien indica que los seres humanos primero existimos y luego adquirimos sustancia; es decir, sólo existimos y mientras vivimos, vamos aprendiendo de los demís humanos que han inventado cosas abstractas, desde Dios hasta la existencia de una naturaleza humana previa.
El parrafo anterior es tendencioso, por cuanto grandes pensadores del existencialismo, como Kierkegaard, Marcel, Unamuno y Buber estan incertos en la religion cristiana y concilian perfectamente la importancia de la existencia individual, la libertad y las relaciones interpersonales con la existencia de Dios y la gracia.
El existencialismo encuentra su antecedente mís significativo en el filósofo danés Sí¸ren Kierkegaard (1813-1855), llamado el padre del existencialismo , quien influyó en el filósofo francés Sartre. Ya avanzado el siglo XX, esta corriente filosófica fue desarrollada (nunca de manera sistemítica, aunque su popularidad creció después de los problemas morales y éticos que trajo consigo la segunda guerra mundial, aparte del miedo provocado por la bomba atómica) -y terminó por encuadrarse dentro del llamado irracionalismo filosófico- por pensadores y novelistas de tanto renombre como los franceses Jean-Paul Sartre y Gabriel Marcel, el argelino Albert Camus y el alemín Martin Heidegger. Albert Camus, existencialista, se dedicó a demostrar a través de sus ensayos y novelas el absurdo del mundo.
Heidegger
El alemín Heidegger rechazó que su pensamiento fuera catalogado como existencialista. El equívoco provendría, según los estudiosos, de la lectura e interpretación del primer gran tratado del filósofo, Ser y tiempo . En verdad, allí se plantea que el objetivo de la obra es la búsqueda del sentido del ser -olvidado por la filosofía desde sus inicios-, ya desde los primeros parígrafos, lo cual con propiedad no permitiría entender el trabajo -como expresa el autor- como existencialista ; pero Heidegger, luego de esa especie de anuncio programítico entiende que es previa a la buscada ontología o dilucidación del ser, una ontología fundamental y al consagrarse a ella con método fenomenológico, se dedica a un anílisis descriptivo pormenorizado y excluyente de la existencia humana o Dasein , con una hondura y una originalidad, inéditas en la historia del pensamiento occidental, siguiendo el método fenomenológico de Edmund Husserl. Con posterioridad, el resto de su obra, que seguirí al primer tratado mencionado, publicado en 1927, se ocuparí de otros asuntos en los que ya no se transparenta la temítica existencial . Esta aparente ruptura con el hilo conductor de su pensar primero, serí un hiato en su discurso que el filósofo no aceptarí nunca como tal... Pero muchos críticos la denominarín: el segundo Heidegger .
La característica principal del existencialismo es la atención que presta a la existencia concreta, individual y única del hombre, por lo tanto, en el rechazo de la mera especulación abstracta y universal.
El tema central de su reflexión es precisamente la existencia del ser humano, en términos de estar fuera ( a saber, en el mundo), de vivencia, y en especial de pathos o temple de ínimo. En expresión de Heidegger: «el-ser-en-el-mundo».
Heidegger, en efecto, se caracteriza, según algunos, por su firme pesimismo: considera al ser humano como yecto (arrojado) en el mundo; el Dasein se encuentra arrojado a una existencia que le ha sido impuesta, abandonado a la angustia que le revela su mundanidad, el hecho de que puede ser en el mundo y que por consiguiente, ha de morir. Sartre, siguiendo a Heidegger, también dista de caracterizarse por un estilo y discurso optimistas; plantea, al igual que Heidegger, al ser humano no tan sólo como yecto, sino como pro-yecto: un proyecto en situación. No obstante, estas posturas no tienen que comprenderse necesariamente como pesimistas; para Sartre la angustia de un alma consciente de encontrarse condenada a ser libre, significa tener en cada instante de la vida, la absoluta responsabilidad de renovarse; y de este punto parte Gabriel Marcel para sustentar una perspectiva optimista, que le lleva a superar cualquier oposición entre el hombre y Dios, en contradicción con la concepción atea de Sartre.
Sartre
Ortega y Gasset
José Ortega y Gasset, influenciado como Heidegger, por Husserl, resumió su filosofía en la tesis Yo soy yo y mi circunstancia; consideró que vida es la realidad radical, la relación entre el Yo y las circunstancias, el ímbito en el que se hace presente todo, es el experimentar la realidad, un conjunto de vivencias, en las que cada uno se relaciona con el mundo; la intuición es la vivencia en la que estí presente la evidencia y es sobre las evidencias que descansa nuestro conocimiento. La vida es una actividad que se ejecuta hacia adelante, y el presente o el pasado se descubren después, en relación con ese futuro. La vida es futurición, es lo que aún no esâ€.
Otros antecedentes
Algunos analistas consideran que, ya en el siglo XIX, el ruso Fedor Dostoievski y los alemanes Schopenhauer, Max Stirner y Nietzsche eran existencialistas avant la lettre. Incluso, recusablemente existencialista (aun cuando la palabra «existencialismo» no hubiera sido acuñada en su época), resulta como indicíbamos el llamado pesimista, por no llamarlo realista Sí¸ren Kierkegaard, quien inaugura lo que se denomina existencialismo cristiano (en este sentido, incluso Blaise Pascal podría considerarse un precedente).
Tres escuelas de existencialismo
En términos de la existencia e importancia de Dios, hay tres escuelas de pensamiento existencialista: el existencialismo ateo (representado por Sartre), el existencialismo cristiano (Kierkegaard) y el agnóstico (Camus, Heidegger) cuya propuesta es que la existencia o no de Dios es una cuestión irrelevante para la existencia humana: Dios puede o no existir. Y el problema, tan sólo por tener una idea firme, no soluciona los problemas metafísicos del hombre. Heidegger se distancia expresamente de Sartre en su Carta sobre el humanismo. Buytendijk, psicólogo cercano a Heidegger, admite ser existencialista. Merleau-Ponty es gran representante de la corriente, aunque manteniendo mís nexos con la fenomenología de Husserl. Martin Buber, por su parte, representa a una corriente de existencialismo judío muy influida por el hasidismo. Mientras que Gabriel Marcel y Jacques Maritain son encuadrables dentro de un existencialismo cristiano no tanto de línea kierkegaardiana sino mís bien jasperiana/mounierista (filosofía de la existencia y personalismo).
Pensadores próximos
Otros destacados pensadores adscribibles al existencialismo, en mayor o menor grado, serían: Miguel de Unamuno, Edith Stein, Nicola Abbagnano, Nikolai Berdyaev, Emmanuel Levinas, Albert Camus, Peter Wessel Zapfe, Karl Jaspers, Max Scheler, Simone de Beauvoir, Simone Weil, Emmanuel Mounier e incluso Paul Ricoeur y Hans-Georg Gadamer
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