LUZ NEGRA

Publicado el 03/22,2010

Dos cabezas charlan al pié de un cadalso. Sus cuerpos desprendidos y sangrientos yacen en el suelo. Goter y Moter acaban de ser ejecutados y sus cabezas se encuentran en un limbo en el que conversan sobre su destino mientras idean un plan para descubrir si no están muertos. Esa es la breve sinópsis de Luz negra, obra maestra del teatro del absurdo latinamericano del brillante autor salvadoreño Alvaro Menéndez Leal (1931-2000).


Luz negra es un logro teatral para todos los tiempos dado que aborda temas profundos como la vida y la muerte, la injusticia, la sobrevivencia, la represión, la violencia, la libertad, las luchas políticas, las dictaduras, el carácter de las masas, el Partido, Dios y el amor.

La temática se presenta desde una perspectiva aparentemente dual: la de Moter, un brillante estafador que en vida logró hacer una gran fortuna, y la de Goter, un revolucionario fallido quien se integra al Partido y toma las armas para derrocar al Estado. Ambos surgen de un ambiente en que impera la pobreza y abordan su condición existencial escogiendo rumbos de vida marcadamente distintos. Sin embargo, al final de sus vidas Goter y Moter se encontrarán en el patíbulo en donde experimentarán el mismo destino en manos del Estado al que se han atrevido a desafiar, uno de una forma egoísta y el otro desde un punto de vista social.

Los nombres de Goter y Moter parecen invocar personajes opuestos -- Goter suena a God o padre, es decir una mezcla de God y father, y Moter suena a madre o mother -- ; sin embargo, el sonido similar de los vocablos (diferentes solo por la letra inicial) y su posible significado apuntan hacia una unidad. En efecto, la obra está armada de tal manera que se llega a puntos en el que algunos comentarios de Moter deberían atribuirse a su opuesto y vice-versa. Goter y Moter vendrían representando una unidad dinámica social, un engranaje esencial de la historia cuya verdadera contraparte, o elemento de oposición, vendría siendo el Estado. Ese Estado que percibe a Goter y Moter como la masa enemiga a la cual es preciso aniquilar.

Luz negra es un paquete de emociones contradictorias bien manejadas. El nombre de la obra de por sí, ya plantea un choque de elementos opuestos. Pero en lo que más se destaca el clash emotivo es en el sentido del humor negro definido claramente por la idea, a la vez técnica y literaria, de las dos cabezas parlantes. Por ejemplo, en un momento Goter declara: ¡Ju! ¡Lindas cabezas tenemos ahora! Sobre todo, muy independientes… .

El final de la obra es un ejemplo del uso clásico del patetismo sin dar lugar a cursilerías: la salvación requiere amor, pero en las condiciones de Goter y Moter y por ende, en el mundo de Luz negra, esa propuesta es un total absurdo.


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